ENIGMAS DE LA HISTORIA
¿Quién redactó el “Cara al sol”?
Por César Vidal
Durante más de dos años de existencia, Falange española
había carecido de un himno propio que sirviera como aglutinante
ideológico y estético a sus militantes. Finalmente, tal
carencia quedó subsanada en los primeros días de diciembre
de 1935 con la composición del después famosísimo
Cara al sol. No han sido escasas las veces que el citado himno se ha atribuido
a las más diversas plumas e incluso al propio José Antonio
Primo de Rivera. Pero, en realidad, ¿quién redactó
el "Cara al sol"?
El 3 de diciembre de 1935, tuvo lugar la composición del himno
falangista. Hasta la fecha, la Falange había venido utilizando
himnos y canciones tomados del nazismo alemán y del fascismo italiano
pero cuyas letras se habían adaptado al castellano. Resultaba obvia
la necesidad de un himno propio que proporcionara un mínimo de
singuralidad a la Falange. El 2 de diciembre, estando José Antonio
en casa de Marichu de la Mora con Sánchez Mazas, Ridruejo y Alfaro
les comentó que al día siguiente los esperaba en la Cueva
del Orkompon (un bar vasco de la calle de Miguel Moya en Madrid) para
redactar el himno.
Con una ironía de dudoso gusto, Primo de Rivera añadió
que si alguno faltaba, ordenaría que se le administrase aceite
de ricino. El 3 se reunieron en el lugar mencionado Alfaro, Agustín
de Foxá, Mourlane Michelena, Dionisio Ridruejo, Agustín
Aznar, Rafael Sánchez Mazas, Luis Aguilar y, por supuesto, José
Antonio. La música ya estaba escrita por Juan Tellería y
sólo quedaba, por lo tanto, añadirle la letra.
La misma fue fruto de la colaboración de diversos autores que se
distribuyeron la tarea. Así Foxá, José Antonio y
Alfaro redactaron la primera estrofa ("Cara al sol, con la camisa
nueva / que tu bordaste en rojo ayer/ me hallará la muerte si me
lleva/ y no te vuelvo a ver").
Foxá se ocupó igualmente de la segunda y la tercera estrofas
("Formaré junto a los compañeros / que hacen guardia
sobre los luceros / impasible el ademán / y están presentes
en nuestro afán. Si te dicen que caí / me fui / al puesto
que tengo allí"). En cuanto a la cuarta, Ridruejo escribió
los dos primeros versos ("Volverán banderas victoriosas /
al paso alegre de la paz") y José Antonio los dos segundos
("Traerán prendidas cinco rosas / las flechas de mi haz").
La última estrofa fue obra de Alfaro ("Volverá a reír
la primavera"), Pedro Mourlane ("que por cielo, tierra y mar
se espera") y, nuevamente, Alfaro ("¡Arriba escuadras
a vencer! / Que en España empieza a amanecer").
Aunque la música no era mala —en realidad, traducía
bastante correctamente el espíritu lírico, marcial y alegre
que pretendía inyectar José Antonio en la Falange—
el resultado final era poéticamente muy mediocre. No sólo
abundaban los ripios (ademán... están... afán; caí...
fui... allí) sino también expresiones poco felices como
la de "impasible el ademán" que tantos que lo aprenderían
de oído años después creían que decía
"imposible el alemán" o la referencia a "la primavera
que por cielo, tierra y mar se espera". Con todo, no deja de ser
curioso que los versos más conseguidos se debieran no a literatos
como Foxá o Alfaro sino precisamente a José Antonio cuyo
castellano —justo es reconocerlo— llegó a alcanzar
en ocasiones tintes musicales y a Ridruejo, posiblemente una de las mentes
privilegiadas del joven movimiento.
A pesar de sus defectos, el Cara al sol fue ciertamente un himno para
la Falange que, en los próximos años, sería utilizado
como himno de batalla y también de esperanza y en el que, paradójicamente,
por una de esas ironías de la Historia, parecía reflejarse
el conjunto de contradicciones del partido. Junto a la estética
lírica e incluso excesiva, había un llamamiento a elementos
militares y de acción directa, referencias a un futuro mejor pero
difuso y una notable carencia de encajes entre tan dispares elementos.
Venía a ser, dentro de su pluralidad de creadores, un claro antecedente
del destino de la Falange durante lo que restaba de siglo. |
Cara al sol
con la camisa nueva
que tú bordaste en rojo ayer,
me hallará la muerte si me lleva
y no te vuelvo a ver.
Formaré junto a mis compañeros
que hacen guardia sobre los luceros,
impasible el ademán,
y están presentes en nuestro afán.
Si te dicen que caí,
me fui al puesto que tengo allí.
Volverán banderas victoriosas
al paso alegre de la paz
y traerán prendidas cinco rosas:
las flechas de mi haz.
Volverá a reír la primavera,
que por cielo, tierra y mar se espera.
Arriba escuadras a vencer
que en España empieza a amanecer.
nota: para escuchar el himno pinchar abajo
en el mp3 y manda automáticamente a los 10 segundos a la pagina
principal mía , después hay que volver a venir hasta aquí
y volver a pinchar en el mp3 ósea hay que pinchar dos veces seguidas
(391 k.)
|
portada del 1º álbum en vinilo del
grupo Asfalto
si alguien no tiene y quiere tener la canción
/ las partituras de días de escuela
yo las tengo Y gustosamente se las cederé con la bendición
apostólica de
José luis Jiménez, Enrique Cajide , Lele Laina, Julio Castejon
componentes
del grupo ASFALTO.
|
Días
de Escuela
bien abrigado
llegaba al colegio
1960, hace poco tiempo
formados frente a una cruz
y ciertos retratos
entre bostezo y bostezo gloriosos himnos pesados.
despertamos en pupitres de dos en dos
aun recuerdo el estrecho bigote de don ramón
y la estufa de carbón frente al profesor
la dichosa estufa que no calienta ni a dios.
suena el timbre, al fin....!
bocadillo, recreo , evasión
una tortura mas, antes del juego
la leche en polvo y el queso Americano.
sales tu, y el gordo después
te cambio los cromos te juego al tacón
salta tu la ligo yo
apuremos el tiempo que ya nos meten dentro.
dos horas de catecismo
en mayo la comunión
la letra con sangre entra, otro capón!
tarea para mañana, puesto el abrigo
otra copla a los del cuadro y hasta mañana don Ramón.
ahora tu que pensaras, si cuanto mas
me oprimían
mas ame la libertad.
es a ti a quien canto hoy , enseña a tus hijos
enseña a tus hijos a amar la libertad. |
mi
modesta opinión :
yo los recuerdos que tengo no son amargos, sobre esa época, la
dictadura tiene cosas malas y cosas buenas , y la democracia ídem
de ídem, antes no se podía decir buenos días y ahora
si los dices tienes que tener cuidado por que a lo mejor te denuncia por
molestias ajenas, antes mal algunas cosas , lo mismo que ahora que la
convivencia se a deteriorado, antes había mas unión con
la gente , ahora cada uno a lo suyo y cuidado con decir buenos días,
en fin todos extremos son malos , la verdad verdadera creo que no existe,
visto es como las dictaduras fascistas y comunistas , no han progresado
, pero la democracia e.e.u.u.esta derivando a unos extremos del for wester
aquí quien desenfunda 1º es el mas guapo, y si te invado y
te robo el petróleo además del mas guapo seré el
mas rico, ole los cojones valla democracia ,esta claro que ahora e.e.
u.u. a perdido toda credibilidad que tenia antaño ya no mueven
a los soldados por causas justas sino por la plata, lo que esta claro
que el mundo lo mueve el capital y hay que cantar a su son, espero que
en el futuro encontremos un punto medio, y aprendamos de lo bueno de una
dictadura y de lo bueno de la democracia sin extremismos abusivos
la paz sea con vosotros.....
pd:por cierto a mi me encantan musicalmente tanto el himno del cara al
sol , como el himno "de Riego" republicano
!viva la música sin fronteras y sin ideologías!
Himno de Riego instrumental (II)
(15 Kb.-MIDI)
EL HIMNO DE RIEGO.
Por José Esteban Gonzalo.
El siglo XIX es, en España, el siglo de los himnos. Ya en 1808
aparece el Himno de la Victoria, con letra del poeta Arriaza y música
de Fernando Sor. En 1809 se impone el titulado Los defensores de la Patria
y año tras año se van subrayando los diversos acontecimientos
históricos con otros himnos, de los que se recuerdan: A las víctimas
del dos de mayo, con letra de Juan Nicasio Gallego y música de
Rodríguez Ledesma; A la entrada del Duque de la Victoria a Cádiz;
Al pendón morado; Al restablecimiento de la Constitución,
etc. Existió también, y fue muy popular, el Trágala,
con el que los liberales zaherían a sus adversarios absolutistas
y que tomó su nombre del estribillo: "Trágala, trágala,
tú servilón" y que ha dado lugar a un sustantivo registrado
en el Diccionario de la Real Academia Española. Otro, la Marcha
de Cádiz, se convirtió en himno popular durante la guerra
de Cuba y no son pocos los que habrán oído el Gloria a España,
de Clavé.
Entre los himnos regionales, los más difundidos son el Guernikakoarbola,
del versolari Iparaguirre, Els segador y el himno gallego de Pondal.
Pero de todos estos himnos, nacidos la mayoría de ellos en los
azarosos días del absolutismo y por tanto invocaciones a la libertad
perdida, el de Riego, a Riego, como escribieron sus autores, es el que
ha tenido mayor fortuna. Tanta que muy pronto, el 7 de abril de 1822,
fue declarado oficialmente himno nacional. Himno que sólo entonaron
los liberales y luego los republicanos, sino también el propio
Fernando VII, desde uno de los balcones del Palacio Real de Madrid ante
un enfervorecida multitud.
Así mismo, el Himno de Riego fue proclamado himno y marcha oficial
de la Segunda República española, a pesar de ciertas resistencias
que consideraban su música ramplona y poco adaptada las circunstancias.
Por ello, la noche del 27 de abril de 1931 se dio a conocer en el Ateneo
madrileño una composición con letra de Antonio Machado y
música de Oscar Esplá, dos hombres prestigiosos, con el
de que fuera declarado himno nacional. La interpretaron ante la presencia
de Don Manuel Azaña, ateneísta de pro y futuro presidente
de la República- la entonces famosa cantante Laura Nieto y la prestigiosa
Banda Real del Cuerpo de Alarbaderos, ya suprimida y cuyos maestros vestían
el clásico esmoquin. Riego, autor del himno
Al día siguiente del estreno, el diario El Sol, de tan destacada
influencia, opinó que "si se desecha el actual himno (se refería
a la Marcha Real) no debe ser aceptado ninguno de los conocidos hasta
ahora, pues son muy malos. El que ayer ejecutó la Banda de Alarbaderos,
convertida en banda republicana, original del maestro Esplá, es
una pieza poco inspirada, basada en la opereta El desfile del amor".
La realidad es que este nuevo himno carecía de esa solemnidad marcial
y de esa garra popular y cierta pegadiza sonoridad que debe tener toda
composición que aspire a convertirse en himno de una colectividad.
Por ello, y gracias a la insistencia de Azaña, que se consideró
heredero de los liberales del siglo XIX, el himno de Riego fue proclamado
oficialmente himno de la República española. Así,
y por dos períodos liberales y progresistas, ha sido el himno de
todos los españoles.
"El Himno de Riego -escribió Pío Baroja-, no cuajó
en la segunda república porque carecía de relación,
exacta o aproximada, con ella. El himno, decía, es callejero y
saltarín; la República fue sesuda y jurídica. La
República no era heredera de los hijos del liberalismo –Mina,
Riego, el Empecinado-, sino más bien obra de los hijos espirituales
de Salmerón, Pi y Margall y Ruiz Zorrilla."
ºEl novelista vasco atribuye este fracaso a la letra. Los liberales,
escribe, no supieron adaptar las palabras a cada momento histórico
y pecaron de académicos o de ramplones y llega a sentenciar:"Hay
que reconocer que oficialmente y popularmente, no tiene letra".
Sin embargo, el Himno de Riego tuvo letra desde su nacimiento en febrero
de 1820, y fue adaptando muchas más a lo largo del tiempo. Su primer
autor fue el compañero de Riego y figura relevante a lo largo del
siglo XIX, Evaristo San Miguel. Asturiano como Riego, liberal y escritor,
tenía como el autor del levantamiento en Las Cabezas de San Juan,
alma ardiente y un espíritu exaltado.
Esta letra que ha llegado hasta nosotros, se encuentra recogida en el
opúsculo que "el ciudadano Mariano Cabreriza dedica al ciudadano
Riego y a los valientes que han seguido sus huellas", donde se recopilan
una colección de canciones patrióticas de la época.
Existía otra letra de Alcalá Galiano que decía:"Patriotas
guerreros/blandió los aceros". Según la maliciosa suposición
de este último, a Riego no le gustó este texto porque su
nombre no se mencionaba expresamente.En 1836 se escribió una nueva
letra titulada La moderación: "Que mueran los que claman/por
la moderación/ para atacar los fueros/ de la Constitución".
Muchos años después, ya en vida de Baroja, un diario donostiarra
reprodujo como auténtica la letra anticlerical que todos conocemos:
"Si los curas y frailes supieran/ la paliza que van a llevar/ subirían
al coro cantando/ libertad, libertad, libertad".
Muy distinto es el caso del autor o los autores de la música. La
mayoría de los historiadores, siguiendo a Mesonero Romanos, da
como autor a don José María de Reart y Copons, militar heroico
que había servido en el Ejército español y perdió
una pierna durante la guerra de la Independencia. Había nacido
en Peronan en 1784 y muerto en Madrid en 1857. Parece ser que se sentía
asombrado del éxito de su contradanza. Pero se ha atribuido a otros
muchos autores. Así, Grimaldi, en la revista El Averiguador, de
1871, la atribuía al profesor don Manuel Varo, que la compuso en
Morón y que era músico mayor de la charanga de la caballería
que Riego llevaba en su columna.
Otra atribución de esta popular musiquilla aparece en la Historia
de la Revolución española desde la Guerra de la Independencia
hasta la Revolución de Sagunto, que dejó inconclusa Blasco
Ibáñez. Aquí se dice que el autor musical del Himno
fue un tal Gomis. Debe referirse con seguridad a José Melchor Gomis,
músico mayor del regimiento de Barcelona y autor de óperas,
que se trasladó a Madrid en 1820 como director de músicos
de la Guardia Real.
Pero lo cierto es que el tal Gomis fue sencillamente el adaptador del
himno para banda. Su autoría, en cambio, está clara en la
ópera Riego en Sevilla, que fue repuesta en Barcelona en 1854.
Pero no queda ahí la cosa. Adolfo Salazar, en su libro Los grandes
compositores, dice que "entre los papeles inéditos de Barbieri
se encuentra una carta en la que se da como autor del Himno de Riego a
un tal don Antonio Hech, músico mayor del regimiento de Granada".
El señor Hech, de origen suizo y llegado a España cuando
la Guerra de la Independencia, habría escrito el himno en 1822,
por lo cual recibió una recompensa de las Cortes que se trocó
después en persecuciones. La proposición presentada a las
Cortes en abril de 1822, para que se declarara oficial el Himno, no menciona
a su autor. El acta dice que se trata de una marcha verdaderamente española.
Por si todo esto fuera poco, don José María Sans Puig, en
un trabajo titulado Riego, un mito liberal, aparecido en Historia y Vida,
añade que también al Himno se le da un origen anónimo.
"Quien presencie las fiestas patronales de los pueblos del hermoso
valle de Benasque, podría oír una típica y alegre
danza popular llamada Aball de Benasque", cuyo origen se pierde en
la noche de los tiempos. A esta música le acompaña el seco
e insistente repiqueteo de unas castañuelas de madera de haya de
gran tamaño.
Lo curioso es que cuando en el verano de 1939, los del valle de Benasque
intentaron danzar su tipiquilla musiquilla, las autoridades franquistas
se lo prohibieron, ya que les pareció totalmente el republicano
Himno de Riego. Los del valle manifestaron entonces que ellos nunca bailaron
el popular Himno, sino que, por el contrario, fue el famoso general asturiano
el que había copiado y adaptado su música para servir a
la revolución liberal.
¿Qué hay de cierto en toda esta historia? Nunca lo sabremos.
Pero lo que hoy nos interesa comprobar es la pervivencia y popularidad
del llamado Himno de Riego, que a pesar de su persecución en diferentes
periodos de la historia reciente de España sigue conservando ese
tonillo liberal y callejero, al que muchos españoles somos tan
aficionados. Porque algo tendrá esa controvertida contradanza cuando,
como a Homero y Cervantes, se la disputan tantos y tan variados músicos.
Música y bibliografía obtenida de : http://www.izqrepublicana.es
|